Mi encuentro cercano con una aguja… y cómo terminamos siendo amigas 💉😅✨

Todo empezó con un dolor tan intenso que ya hablaba más que yo. Intenté hacerme fuerte, pero mi cuerpo básicamente dijo: “oye, ya revisa esto”. Fui con mi doctor, me valoró y me indicó un tratamiento inyectable con receta para bajar dolor e inflamación aguda. Y aunque al inicio pensé “Dios mío, ¿una aguja?”, al final terminamos llevándonos bien. No somos mejores amigos… pero ya no nos peleamos.
👀📦 La explicación que debería venir en la caja
Mi doctor me dijo que estas inyecciones funcionan como apagar un incendio con una cubeta: bajan la inflamación rápido y le ponen pausa al dolor sin rodeos. Es como bajarle el volumen al drama corporal cuando está en su punto más intenso.
🧕 El chismecito que sí funciona…
Mi amiga, la sabia de la vida, me soltó esta joya: “La inyección dura dos segundos… pero tu miedo dura tres horas. Tú sabrás cuál te conviene”. Y la verdad, tenía razón. A veces uno sufre más por lo que imagina que por lo que pasa de verdad 😂.

✨ Cómo lo incluí en mi rutina (versión mejor amiga)
- Cambié el “¡NOOO, una aguja!” por “ok amiga, entra rápido y sé amable”.
- Hice descansos reales, no los de “me siento cinco minutos”.
- Bajé el ritmo, respiré mejor y dormí más.
🌿 Cierre
Si tienes un dolor fuerte o inflamación que no mejora, no te automediques ni te autodiagnostiques. Un profesional sabrá cuál es el tratamiento indicado según tu caso, especialmente cuando se necesita algo rápido y efectivo. Y sobre las agujas… a veces el susto es más grande que el piquetito ✨.
