¿Qué es el famoso dolor de la ciática y cómo superarlo?

El dolor de la ciática se detecta en la parte baja de la espalda, desde el nervio ciático, hacia la pierna. El mismo es generado por una presión en dicho nervio. Los síntomas pueden variar, pero en general, hay adormecimiento, hormigueo y debilidad. Si tienes estas molestias, es importante que te atiendas para evitar que el dolor limite tus actividades.

¿Cuáles son las causas del dolor de la ciática?

La ciática se desencadena por algún otro padecimiento. Puede generarse por:

• Disco abultado o hernia discal: Son las causas más comunes. En ambos casos, se presiona e inflama el nervio ciático.
• Embarazo: La mamá adopta malas posturas debido al peso extra.
• Traumas: Algunas causas del dolor de la ciática también pueden ser un accidente en auto, golpes o caídas fuertes.
• La distensión muscular también llega a generar este trastorno.
• Estenosis vertebral: En general afecta a personas mayores. Se caracteriza por el estrechamiento del canal vertebral.
• Síndrome piriforme: Aquí el músculo piriforme es el que irrita el nervio ciático. Hay un dolor y sensibilidad en el glúteo que baja por el muslo.
• Espondilolistesis: Es una condición en la cual una vértebra se mueve de su posición correcta, quedando encima del hueso inferior.
• Tumores o infecciones: No es tan frecuente, pero en ocasiones estas condiciones llegan a comprimir el nervio ciático.

dolor de la ciática

Algunas de estas causas tienen nombres muy extraños, pero sin importar la razón que cause el dolor de la ciática, es de vital importancia atenderse.

Tratamientos para la ciática

Primero hay que visitar al doctor, quien dependiendo de la gravedad, prescribirá un tratamiento adecuado. Hay algunas opciones médicas ideales y tratamientos para la ciática:

• Quiropráctico: A través de radiografías y un examen físico pueden conocer el daño causado y el posible tratamiento. En general, se basa en ajustes quiroprácticos para realinear la columna, terapias con compresas frías y/o calientes, fisioterapias, entre otros.

También se usan ultrasonidos que envían ondas sonoras a los tejidos musculares, aumentando la circulación sanguínea, reduciendo espasmos, la inflamación y el dolor.

• Medicamentos: Tu doctor te recetará antiinflamatorios y analgésicos para reducir la hinchazón y el dolor. Algunos ejemplos son ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco, etc., que son de libre venta y encuentras fácilmente en farmacias de genéricos.
• Cirugía: Si tu estado es grave, quizá no haya más remedio que una cirugía.

Cambia tus hábitos

Independientemente de la gravedad y los tratamientos para la ciática que necesites, debes hacer cambios en tu vida. Checa estos consejos:

• Es recomendable reposar para evitar mayor daño, aunque no nos referimos a que no te muevas. Si el médico no te indica lo contrario, puedes hacer algunos ejercicios. Prueba con estiramientos y ejercicios de fuerza muscular leves. Aunque toleres ciertas actividades físicas, debes llevártela con calma.
• Por tu cuenta, puedes aplicarte compresas frías y/o calientes durante 20 minutos 3 o 4 veces al día. Te serán muy útiles, sobre todo cuando inicias con las molestias.
• Mantén tu peso controlado, para evitar mayor presión del nervio ciático.
• Evita cargar cosas pesadas, y si debes hacerlo, opta por una faja que te brinden soporte.
• La acupuntura, masajes y el yoga también pueden ayudarte con el dolor.

Y si prefieres lo natural, te compartimos algunos remedios que serán tus aliados para sentirte mejor:

• Extrae el jugo de papa y apio hasta obtener un vaso. Esta mezcla es muy útil para aliviar cualquier dolor de la ciática. Bébelo todos los días.
• El ajo incrementa la circulación de la sangre, ayudando a disminuir el dolor. Agrega en un vaso de leche, dos dientes de ajo machacados. Tómalo en la mañana y en la noche.
• La ortiga sirve para relajar el nervio ciático, reduciendo las molestias. Coloca en tu tina un litro de infusión de ortiga o pasa dos veces al día unas ramitas de ortiga fresca por la zona afectada, con el fin de calmar el dolor y desinflamar.

No permitas que tus molestias aumenten. Tienes varias opciones para sentirte mejor. ¡Olvídate del dolor!