Dolor agudo y crónico: cómo diferenciarlos y qué puedes tomar para aliviarlos
Todos alguna vez hemos sentido dolor, ya sea de espalda, de cuello, de cabeza, de estómago, etc. Y aunque es una sensación desagradable, es muy común y sin duda, forma parte de la vida. Pero, para tratar este dolor, es importante saber la diferencia entre dolor agudo y crónico, sus características y sobre todo, qué tomar en cada caso. Sigue leyendo, y conoce más sobre los tipos de dolor.
Diferencias entre dolor agudo y crónico
Existen diversas clasificaciones del dolor. Pero la más común es por el tiempo de duración, y se divide en dolor agudo y crónico.
El dolor agudo es el que persiste mientras existe un daño o enfermedad. Desaparece cuando se elimina la causa que lo provoca, o en casos extremos, en un periodo menor a 6 meses. Su función es avisar que el organismo está dañado y requiere atención inmediata.
Seguramente has experimentado este dolor si te torciste el tobillo, te cortaste, sufriste una quemadura, te operaron, te caíste, etc. Y al final, después de un tratamiento, de curaciones, o de descanso, se te quitó. Ése es el dolor agudo.
Sin embargo, debes tener en cuenta que, en ocasiones, un dolor agudo puede volverse crónico. En especial, si no se trata a tiempo o se hace de manera inadecuada.
¿Qué es el dolor crónico? Este tipo de dolor podría considerarse como una enfermedad y deteriora la calidad de vida de quien lo padece. Las principales características del dolor crónico son:
- Duración mayor de 6 meses.
- No tiene cura, sólo puede ser tratada para disminuir las molestias. Sin embargo, hay veces que la intensidad del dolor no disminuye, a pesar del tratamiento.
- Los problemas más comunes que causan este dolor son dolores de cabeza, cáncer, artritis, nervios dañados, tensión en la espalda baja, etc.
- Se mantiene, aunque la causa que lo ocasionó haya desaparecido.
- Generalmente viene acompañado de depresión, ansiedad, problemas para dormir, poca movilidad, etc.
- Aparece de forma periódica.
Cómo tratar el dolor agudo y crónico
Cuando hay dolor, sin importar el tipo que sea, debes acudir al médico. Es el indicado para diagnosticarte y prescribirte el mejor tratamiento para ti.
El dolor agudo es más fácil de tratar. Comúnmente se calma con analgésicos y/o desinflamatorios como paracetamol, diclofenaco, ketorolaco, naproxeno, ibuprofeno, metamizol, entre otros. Y pueden ir acompañados de ciertos cuidados, tal vez descanso, curaciones, un poco de hielo, etc. Todo dependiendo de causa que lo origine.
El dolor crónico es más difícil de diagnosticar y requiere complementos del tratamiento con medicamentos. El médico puede indicarte alguna terapia física, acupuntura, sesiones psicológicas, y en casos más graves, cirugía.
Lo más complicado de este tipo de dolor es que no puede curarse y trae consigo problemas y limitaciones para quien lo padece. Llega a impedir que alguna persona salga a trabajar, haga sus actividades cotidianas. Y si el dolor es muy intenso, ni el descanso ni los medicamentos son de mucha ayuda.
Si bien no se conoce exactamente la causa del dolor crónico, es importante un buen tratamiento a tiempo para mejorar la calidad de vida del paciente.
Ya conoces más sobre el dolor agudo y crónico, y sus diferencias. Ahora no dejes que el dolor avance, atiéndete a tiempo y aprende a vivir sin dolor.