¿Por qué salen piedras en la vesícula?
Vas hacia el trabajo y, de repente, sientes molestias en la boca del estómago. Seguro la gastritis es la culpable, aunque el dolor es más intenso y no se quita con tu medicamento. Vas al médico y, después de unos estudios, te dice que tienes cálculos biliares. ¡Wow, no lo esperabas! Es momento de hacer algunos cambios, pero comencemos entendiendo qué son y por qué salen piedras en la vesícula.
¿Cuál es la función de la vesícula?
La vesícula es un pequeño órgano que mide entre 5 y 7 centímetros de diámetro, y tiene forma de pera. Se encuentra justo debajo del hígado, en el cuadrante superior derecho del abdomen; por eso es fácil confundir el dolor que causa, con molestias de gastritis. ¿Te ha pasado?
A veces ni siquiera sabemos que existe, pero la función de la vesícula es importante:
- Se encarga de almacenar la bilis para digerir y absorber las grasas.
- Mejora la solubilidad del colesterol y las grasas.
Seguramente has escuchado la frase: “No hagas bilis”. Pero ¿sabes qué es? Se trata de un líquido amarillo o verde, parecido al aceite de oliva, y que es producido por el hígado. Se compone de proteínas, colesterol, hormonas, pigmentos y sales biliares, y agua; y su trabajo es neutralizar los ácidos digestivos y descomponer las grasas.
Sabiendo esto, es momento de entender cómo trabaja la vesícula. Mientras no hay alimentos, este órgano se mantiene cerrado y almacenando bilis. Cuando comes, la vesícula se contrae y expulsa esa bilis a través del conducto biliar común, hacia el intestino delgado para la digestión. ¡Todo va bien, hasta que llegan las piedras!
¿Sabes por qué salen piedras en la vesícula?
Los cálculos biliares son comunes, y algún amigo o familiar te ha contado sobre tratamiento y remedios para calmar los síntomas. Sin embargo, no todos saben por qué salen piedras en la vesícula.
Estas se forman por un desequilibrio químico en la composición de la bilis. En otras palabras, se crean por el exceso de sustancias en este líquido, ya sea colesterol o pigmentos como la bilirrubina. Si es por el colesterol, este no se disuelve como debe, por lo que se acumula, se solidifica y produce los cálculos. Esta es la forma más común y muchas veces no genera síntomas, hasta que una piedra obstruye algún conducto.
Analicemos un poco. La vesícula está preparada para funcionar con cierta cantidad de grasa y lo hace muy bien. El problema comienza cuando acostumbras comer alimentos y bebidas con gran contenido de grasa. Este exceso causa el desequilibrio en la bilis del que hablamos arriba, y satura tu vesícula. Además, hay que mencionar el lodo o barro biliar, que es un estado anterior a la solidificación del colesterol. Lo bueno es que, de esta forma, aún es posible deshacerte de él, porque, cuando ya hay piedras, todo se complica.
Tienes piedras, ¿ahora qué?
Si ya te diagnosticaron piedras en la vesícula, ¿te has imaginado su tamaño? Pues pueden ser microscópicas o tan grandes como una pelota de golf. ¡Increíble!
Estas piedras provocan el famoso cólico biliar, caracterizado por dolor súbito, inflamación abdominal, náuseas, vómito, fiebre y sensibilidad al tacto. Puede comenzar después de un rato de haber comido, sobre todo, si optaste por alimentos llenos de grasa. Entonces lo primero que debes hacer, es controlar su consumo, así como limitar los lácteos, dulces, carnes rojas, frituras, huevos, café, en otros.
Ya sabes por qué salen piedras en la vesícula, y eso significa que no está sana. Pero te tenemos dos noticias. La primera es que, a pesar de su importante función, puedes vivir sin vesícula, y la bilis llegaría a su destino por otra vía. La mala noticia es que, si tu vesícula está enferma, puede traerme varios problemas.
En el mejor de los casos, las piedras son súper pequeñas y hasta llegas a expulsarlas sin darte cuenta. El problema comienza cuando son más grandes y hay riesgo de que alguna obstruya el conducto biliar, causando mucho dolor.
Puedes tratar los síntomas de cálculos biliares con varios remedios. Sin embargo, estos no harán que tus piedras desaparezcan. Para eso, la única opción es una cirugía de vesícula. Hay dos formas: la primera es la tradicional donde abren y retiran el órgano; y la segunda es por laparoscopía, donde se hacen pequeñas incisiones, lo que minimiza el tiempo de recuperación y las complicaciones.
Ya sea que te estén molestando o no las piedras, es importante que te cuides, que mejores tu alimentación, que bajes de peso (si es necesario), y que acudas con tu médico.