💪El día que giré el cuello y escuché un “crack” sospechoso

🤕 Introducción: spoiler, no era mi celular
Todo empezó inocente. Giré el cuello para contestar una llamada y escuché un “crack” tan fuerte que pensé que había roto algo caro. El cuello se me quedó tieso, la espalda gritaba y el dolor decidió instalarse como roomie sin pagar renta.
🧍♀️ Diagnóstico: me creí superhéroe
Mi error: pasar ocho horas encorvada frente a la compu, creyendo que el estrés no pasa factura. El cuerpo, harto, me mandó su mensaje: “Si tú no te detienes, yo te detengo.” Intenté todo: estirarme, masajearme, llorar internamente. Nada.
👩⚕️ Lo que el médico me indicó
Fui a consulta (porque ya parecía robot oxidado), me hizo mover el cuello y me dijo: —“Esto no es magia, es tensión. Vas a necesitar relajante muscular y antiinflamatorio.” Y pues sí, me recetó uno que alivia contracturas y relaja los músculos sin drama. Lo encontré en la farmacia. La verdad, salí con menos dolor y más ritmo.

💡 Consejitos que aprendí (y que mi mamá ya sabía)
- No pases demasiadas horas con mala postura frente a la computadora.
- Cada hora, muévete aunque sea para bailar una canción.
- Y si duele, no te hagas el fuerte: consulta a tu doc.
😂 Mini anécdota
Mi tía quiso hacer yoga para “aflojar el cuerpo”.
Terminó pidiéndome ayuda para levantarse del tapete.
Ahora le decimos “la diosa del colapso”.
Desde entonces, cada que le duele algo, suelta: “Llévame con el doctor que baila, él sí sabe.”
✨Cierre:
Al final entendí que no hay trofeo por aguantar el dolor. 🏅 El verdadero logro es moverte, dormir y despertar sin que el cuerpo proteste. Así que ya sabes: cuando algo suene, que sea la música del doctor del bigote más famoso… no tus articulaciones. 💙🎶
